jueves, 21 de febrero de 2008

Dentición

El proceso de la dentición comienza generalmente entre el sexto y el octavo mes de vida. Después, el proceso se da periódicamente hasta que todos los veinte dientes de la lactancia y la infancia, o dientes de leche, estén en su sitio. Alrededor de los treinta meses de vida, todos los dientes de leche ya se encuentran en su lugar.
Estos dientes abarcan: cuatro incisivos, dos caninos y cuatro molares en cada maxilar para un total de veinte. Los dos incisivos inferiores centrales (frontales inferiores) brotan primero, seguidos por dos incisivos centrales superiores, luego los incisivos laterales inferiores y superiores, los molares inferiores, los molares superiores, los caninos inferiores, los caninos superiores, los molares laterales inferiores y finalmente los molares laterales superiores. Es de notar que algunos niños no presentan ningún diente hasta mucho después de los 8 meses y esto es perfectamente normal.


Los signos de la dentición son:
Babeo
Irritabilidad
Inflamación y sensibilidad de las encías
Problemas de sueño
Rechazo a la comida
Tendencia a morder objetos duros

El malestar que produce el proceso de la dentición se debe a la presión ejercida sobre el tejido que se encuentra dentro de la boca cuando los dientes brotan, llamado membrana periodontal. Este malestar puede aliviarse con un objeto frío como un anillo de dentición firme de caucho o una manzana fría. Asimismo, se puede brindar algún alivio frotando suavemente las encías con un trapito frío húmedo o con un dedo limpio (hasta que los dientes estén cerca de la superficie).
Las encías no deben ser cortadas para facilitar la erupción de los dientes porque se puede producir una infección; tampoco se deben usar polvos dentífricos y NUNCA dar aspirina a los niños, debido al riesgo de desarrollar el síndrome de Reye.
Los medicamentos, como Tylenol para niños, o las preparaciones para la dentición de venta libre que contengan un anestésico tópico pueden servir.

Nota: la dentición NO causa fiebre. Si el niño presenta fiebre superior a 38º C (100.5° F), tomada con un termómetro rectal o de oído, se debe buscar la presencia de otros síntomas de enfermedad.

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